Uno de los aspectos más intimidantes a la hora de reparar o restaurar un televisor antiguo es el nido de cables oculto en la parte inferior. Lo primero que nos viene a la mente es «¿Qué clase de loco puede trabajar en esas condiciones?», y para desarrollar mejor la respuesta a esa pregunta, nada mejor que ver cómo fabricaban a esos mismos televisores en la década del ’50. Paciencia, disciplina, y un control de calidad casi paranoico eran críticos para garantizar el funcionamiento correcto y seguro del aparato.

Una de las mejores fuentes para obtener información sobre restauraciones de radios y televisores antiguos es el canal de Bob Andersen en YouTube. Además de enfocarse en detalles como las perillas y la terminación de la madera, en varias ocasiones se vio obligado a deshacer los «parches» de usuarios previos que se alejaron por completo de las especificaciones originales. Si bien es necesario reconocer que tarde o temprano la improvisación se vuelve inevitable (después de todo, el número de tubos y válvulas disponibles es cada vez menor), los fabricantes eran muy meticulosos al momento de documentar diagramas, revisiones técnicas, y catálogos con piezas equivalentes. De hecho, la propia fabricación de los televisores quedó registrada en la forma de varios documentales que hoy podemos disfrutar gracias a YouTube, y el esfuerzo de muchos entusiastas:

El vídeo declara al sintonizador como «el corazón» del televisor, y no exagera. Los sintonizadores de antaño demandaban un proceso de calibración muy complejo (y me atrevería a decir tedioso), a un punto tal que muchos restauradores modernos prefieren reemplazar el componente entero, usando uno rescatado de otro televisor. Las líneas de producción necesitaban encontrar el mejor equilibrio entre velocidad y robustez en el ensamblaje, lo que llevó a la adopción del wire-wrap para realizar conexiones internas. Las pruebas de tortura en los televisores podían extenderse hasta 2.000 horas, con intervalos específicos de encendido y apagado que buscaban evaluar el comportamiento de la unidad frente al estrés térmico. El documental también nos enseña uno de los primeros ejemplos de soldadura por ola en los PCB, asistido por una verificación adicional, en caso de que haya poco estaño en una unión, o demasiado.

En resumen, el mercado demandaba otra mentalidad. Los televisores eran muy costosos en aquel entonces. Sus fabricantes (RCA en este caso) sabían que iban a fallar de un modo u otro, y la información para repararlos era imprescindible. El resto de la historia ya la sabemos bien. Los televisores ganaron estabilidad, rendimiento, funciones y simplicidad, pero se volvieron casi descartables. No olvidemos que a las compañías actuales ya no les alcanza con bloquear las reparaciones: También quieren criminalizar a quienes las intentan.

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