La compañía fue socia de la estatal china Panda en la creación de Koryolink. La red coreana ofrece encriptacion a los funcionarios de alto rango, pero aprovecha la tecnología de Huawei para espiar al resto de los usuarios.

Huawei tiene un gran problema de confianza generado por su cercanía con ciertas organizaciones del gobierno chino. La sospecha que muchos países occidentales tienen es que los dispositivos desarrollados por esta compañía podrían tener vulnerabilidades ocultas destinadas a favorecer las actividades de espionaje.

Así pues la revelación de la participación de la empresa en el desarrollo de las redes de telefonía en Corea del Norte supone una razón más para la desconfianza. La información llega de la mano del Washington Post y el sitio web 38 North.

Huawei habría participado en la creación de Koryolink, el servicio de telefonía móvil que Corea del Norte inauguró en 2008. En este proyecto habría trabajado en colaboración con Panda, una empresa china de propiedad estatal.

Koryiolink es extremadamente restrictiva para los locales y un poco menos para los visitantes.

La red ofrece opciones de encriptado para las comunicaciones de los oficiales de gobierno de alto rango, el resto de los usuarios no goza de este beneficio y sus comunicaciones pueden ser fácilmente interceptadas en cualquiera de los nodos provistos por Huawei. Ninguna llamada, fax, mensaje de texto o dato tiene su privacidad asegurada.

Un detalle omitido

Huawei ha señalado anteriormente que no tenía negocios en Corea del Norte, lo que en dicho momento era cierto, dado que el proyecto ya había terminado y la empresa no brindaba soporte a la red. Sin embargo está claro que la omisión de sus actividades pasadas tenía como objetivo ocultar un antecedente problemático.

La compañía de origen chino ha efectivamente colaborado en la construcción de una red que facilita la vigilancia de los usuarios y vulnera su derecho a la privacidad.