Doom Eternal es uno los juegos más exitosos de 2020 y la secuela del también exitoso retorno de la saga, Doom 2016.
Aunque hay quienes opinan que la primera entrega del nuevo ciclo es mejor, la mayoría de los aficionados ha recibido a Eternal como otra obra maestra.
Hace unos días llegó la primera actualización para el juego prometiendo demonios más poderosos, mejoras de calidad en la campaña y el modo de batalla, así como también cambios de balance y correcciones de errores.
También se introdujo un sistema para lidiar con los tramposos en las partidas multijugador, y es aquí donde se produjo el gran problema. El programa elegido fue Denuvo.
Pulgares abajo
La adopción de Denuvo produjo lo que se conoce como un bombardeo de críticas negativas en Steam. Más de 4500 pulgares hacia abajo.
Doom Eternal pasó de tener un 90% de aprobación a menos de un 80% en total, con un 44% entre las opiniones más recientes. Cabe aclarar que Steam suele filtrar rachas con un comportamiento anómalo, para evitar que este tipo de protestas o acciones de sabotaje impacten en los ratings.
Más que un problema de confianza
El problema con Denuvo es que para funcionar accede al kernel del sistema. Esto le da un nivel de acceso extremadamente alto al tiempo que el usuario no tiene verdadero control sobre sus acciones.
Los usuarios no han dudado en calificar a Denuvo como un programa spyware, un software tan invasivo como un virus.
Irdeto, la compañía responsable de Denuvo ha señalado que el sistema anti trampa solo funciona durante las partidas multijugador, y que además cumple con las regulaciones de la Unión Europea y no recopila datos personales.
Si solo fuera una cuestión de confianza es posible que muchos no se molestarían tanto. Después de todo el sistema anti trampa parece ser bastante efectivo. Sin embargo, varios usuarios han experimentado problemas de rendimiento luego de la última actualización.
Denuvo puede ser eliminado de forma manual como cualquier otro programa de Windows, pero esto impide el acceso a las opciones multijugador.
