Un grupo de investigadores de las universidades de Monash, Swinburne y RMIT ha logrado una velocidad de transmisión de datos de 44,2 Tbps.

Australia no es el país del que se esperaría alcanzar nuevas marcas en Internet. Las conexiones suelen estar a mitad de tabla a nivel global, y los problemas de velocidad son un acontecimiento común.

Micro-comb

El nuevo record fue logrado a través de un dispositivo que reemplaza los hasta 80 láseres que se utilizan en los equipos de las proveedoras de Internet, con una pieza única conocida como Micro-comb. Micro-comb tiene el tamaño de la uña de un dedo.

Este chip es capaz de crear un arcoiris de luz infraroja que permite la transmisión de datos en varias frecuencias de luz al mismo tiempo.

Este nuevo ingenio fue probado en infraestructura ya existente similar a la que utiliza la red nacional de banda ancha australiana (NBN).

El resultado fue una conexión a Internet capaz de permitir la descarga de más de 1000 películas de alta definición en menos de un segundo.

Posible impacto

Además de ser una bendición para el usuario común, una conexión a Internet mucho más veloz parece ser una necesidad de un futuro cercano.

La pandemia ha exigido a las redes proveedoras mucho más allá de los picos de demanda que antes podían haber experimentado. Si bien algunas actividades podrían reducir su intensidad en un mundo post-COVID-19, otras parecen haber llegado para quedarse. Como es el caso del aumento del teletrabajo.

A esto es necesario sumar el crecimiento de las opciones de entretenimiento online, como Netflix, Amazon Prime y Disney +.También el universo de la Internet de las Cosas, incluyendo el uso de datos en el transporte público.

Otras áreas en las que podría darse un gran crecimiento es en la educación a distancia y los procesos judiciales.

Un punto de singular importancia es que la prueba realizada demuestra que mucha de la infraestructura ya instalada puede ser parte de la revolución de velocidad en Internet.